Hacia una crítica de cine

Por Carolina Urrutia N.

Biografía +

Carolina Urrutia Neno es académica e investigadora. Profesor asistente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica de Chile. Doctora en Filosofía, mención en Estética y Magíster en Teoría e Historia del Arte, de la Universidad de Chile. Es directora de la revista de cine en línea laFuga.cl, autora del libro Un Cine Centrífugo: Ficciones Chilenas 2005 y 2010, y directora de la plataforma web de investigación Ficción y Política en el Cine Chileno (campocontracampo.cl). Ha sido profesora de cursos de historia y teoría del cine en la Universidad de Chile y la Universidad Adolfo Ibáñez y autora de numerosos artículos en libros y revistas.


 
 

Palabras, cruces, diálogos: el texto escrito se asume como una prolongación del cine. Cuando pensamos laFuga, lo hacemos desde un espacio intermedio, aquel que habitamos a veces, un lugar seguro y a la vez fingido, espacio que opera desde los bordes: ficción como borde, realidad como borde opuesto. El sitio intermedio es el de la escritura, el que nos acoge y nos permite reflexionar, inventar mundos que a partir la obra cobran vida propia, completan, sobreviven a la fugacidad de la imagen proyectada, del fotograma que desaparece y sin embargo permanece unos segundos, como la idea que se fecunda en la sucesión de cuadros.

laFuga surge desde un deseo por escribir sobre el cine. Tomar la película como objeto y punto de partida, desde ahí, desde esa arena, las posibilidades se presentan infinitas. La escritura a partir del cine es reflexión, es juego, es poesía y es reconstrucción; es significación y análisis. Es intervención. ¿Cómo pensar un filme? Es la pregunta que nos hacemos al hablar de crítica. ¿Cómo operar desde nuestra propia visión del mundo? ¿Cómo ser lo suficientemente lúcidos para no atropellar la pasión cinéfila?

La crítica cinematográfica, la buena crítica cinematográfica a veces se convierte en una obra en sí misma. El placer de la escritura y el placer de la lectura: enfrentarse a un buen texto crítico -aquellos que encontramos de pronto en diversas publicaciones especializadas, como Otro Campo, El Amante, Miradas, Cahiers, Senses of Cinema- resulta en muchos casos tan placentero como enfrentarse a un gran filme y probablemente, o al menos en mi caso, surge más fácilmente si proviene de un gran filme. Ese texto escrito dedicado muchas veces a quienes ya han visto la película, es capaz de abrir puertas, prender luces, rearticular en el espectador la obra vista. No es una crítica que juzgue, no es una reseña ni mucho menos una guía, a veces ni siquiera es una crítica que analice, es más bien una que coquetea, que propone lecturas, intenciones, que traza cartografías, que inserta puntos de fuga y, a través de ellos, se permite incluso desentenderse de la obra para investigar otras problemáticas, preguntas que surgen en el espacio escrito, desde una escena o un fuera de campo, desde la pulsión de estar en la sala del cine frente a la película.

Si en una fuga la sala de cine se presenta como un refugio, el cine pasa a ser una alteridad, algo que está ahí de manera inexpugnable pero que a través del texto se hace accesible. Tal vez, en una visión personal, en un manifiesto propio que no representa la línea editorial de esta revista y que más de alguna discusión ha traído entre sus redactores, mi cinefilia, aquella desde la cual yo quiero escribir y quiero pensar el cine, de alguna u otra forma ignora aquel mundo que se da fuera de la pantalla, se centra dentro de sus límites, en su pulsión interna, en sus gestos y también en las líneas que traza directamente a otros objetos artísticos, como viajes o meta-viajes invisibles, que se develan sólo algunas veces, y si no lo hacen, está el espectador para concretarlos.

Y sin embargo, encontrar un equilibrio parece importante, un equilibro entre la academia, la teoría, la información, la reflexión, el juego, el ensueño. laFuga se transforma en punto de Fuga, en una puesta en distancia o perspectiva que permite que confluyan diferentes voces, miradas, ideologías. Plantear límites resulta esencial y sin embargo, laFuga, como espacio de pensamiento en torno al cine busca abrirse a todos los tipos de escritura. Pensar el cine es un desafío, crítica como forma de pensamiento, y a la vez, tal como el cine mismo, como forma de creación y representación. Si el cine es el único universo posible, la escritura se transforma en nuestra forma de entender el mundo.

Poner en cuestión y a la vez cuestionarnos. Convertir el cine en un relato y tener la constancia necesaria para mantenerlo, tejerlo, ramificarlo aunque al principio el relato se presente fragmentado. Superar la angustia de la página en blanco y la necesidad de urgencia por las grandes películas. Y finalmente apropiarse, citar, dejarse influenciar, inspirar… una vez que aparece la primera línea el texto se escribe solo; en palabras de Godard “…más vale dar respuestas que formular preguntas, ríos de sentimientos que se pierden en el mar de reflexiones o viceversa instantáneamente, más vale encadenar, encadenar, encadenar hasta perder el aliento, como a menudo François, y sólo él, porque los demás no saben o es la nada, sí, más vale derretirse en digresiones para recoser, usando los filmes como agujas, los trozos dispersos de nuestro gran lienzo blanco, el mismo que a fuerza de remendar cada año, hoy, esta mañana, a la hora del trabajo, acabamos por ignorar que es virgen, siempre virgen, como un negativo…”[Godard, en el texto Pierrot, Amigo mío.].

 

 
Como citar:
Urrutia, C. (2005). Hacia una crítica de cine , laFuga, 1. [Fecha de consulta: 2024-10-10] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/hacia-una-critica-de-cine/229