La independencia es una actitud

Entrevista a Justin Rice

Por Carolina Urrutia N.

Biografía +

Carolina Urrutia Neno es académica e investigadora. Profesor asistente de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica de Chile. Doctora en Filosofía, mención en Estética y Magíster en Teoría e Historia del Arte, de la Universidad de Chile. Es directora de la revista de cine en línea laFuga.cl, autora del libro Un Cine Centrífugo: Ficciones Chilenas 2005 y 2010, y directora de la plataforma web de investigación Ficción y Política en el Cine Chileno (campocontracampo.cl). Ha sido profesora de cursos de historia y teoría del cine en la Universidad de Chile y la Universidad Adolfo Ibáñez y autora de numerosos artículos en libros y revistas.


 
 

La segunda edición de SANFIC, nos dio la oportunidad de ver las dos películas del cineasta indie neoyorquino Andrew Bujalski: Funny Ha Ha (2002) y Mutual Appreciation (2003). Terminado el festival tuvimos la oportunidad de conversar con Justin Rice, actor en ambos filmes, vocalista de Bishop Allen y dueño de un pequeño sello musical en Nueva York.

Carolina Urrutia: Luego de la proyección de Mutual Appreciation comentaste que sólo leíste el guión dos veces. Eso implica mucha libertad e improvisación de los actores.

Justin Rice: Tuvimos mucha libertad. Había ciertas escenas e ideas, o hechos que necesitábamos cubrir, pero el modo en que lo hiciéramos era responsabilidad nuestra. Lo que intentamos hacer era ponernos en la situación de la película lo máximo posible. Cuando había diálogos largos, sabíamos cuáles eran los temas que abarcaría esa conversación, pero la idea era que saliera lo más naturalmente posible y muchas de las escenas fueron improvisadas en un 100%. La meta era ser lo más honesto a este mundo que nos plantea la película, y tratar de desarrollarlo como si estuviera realmente sucediendo.

C.U.: ¿Ese es el método de trabajo de Bujalski?

J.R.: El trabaja intentando hacer sentir que lo que está pasando es muy natural, tu estás pasando el rato con la gente, el hecho de que haya una cámara registrando es lo menos importante; eventualmente se empieza a poner menos atención al hecho de que hay alguien filmando lo que ocurre. Hacia el final, yo ni siquiera recordaba que había una cámara.

C.U.: ¿Cuánto de ti hay en tus personajes?

J.R.: De hecho bastante, creo que no podría “actuar” si no estuviera representando a alguien muy parecido a mi mismo. Pero hay muchas cosas que el personaje hace y que yo nunca haría. Por ejemplo: el personaje llama a su padre y le pide dinero, eso es algo que jamás haría; no tengo esa clase de relación con mi familia y jamás le pediría dinero a nadie. Pero el director dijo “esta es la escena en que llamas a tu padre y le pides dinero”, y lo que hice fue imaginar cómo sería para mi hacer eso y lo hice.

C.U.: La manera como reacciona el personaje de tu padre pareciera ser, al menos desde acá, muy “norteamericana”: educada, políticamente correcta, un poco incómoda.

J.R.: Creo que esa es la manera en que mi padre de hecho me respondería si estuviéramos en esa situación. Es como un arquetipo del padre norteamericano. Y eso hizo que la escena fuera fácil, yo lo llamé pensando que era realmente mi padre.

C.U.: Llamó mi atención que los personajes, tanto de  Mutual Appreciation como de Funny Ha Ha tenían dificultades al momento de comunicarse; intentaban ser muy correctos, muy educados, pero por lo mismo, eran muy indirectos al momento de plantear las cosas.

J.R.: Creo que en la película la gente es más vacilante al momento de explicarse a si mismos que en la vida real. Ese es probablemente el mundo del guión y del director. Es el modo en que él es, en él se comporta y la manera en que los personajes que él se imagina se comportan. La gente que yo conozco es más directa, no tienen tanto miedo a herir lo sentimientos de la gente. Pero también representa el modo en que actúa la gente en Estados Unidos, son “diplomáticos”, intentan hacer que en general la gente se sienta bien.

C.U.: De algún modo ambas cintas capturan el modo en el que hablan los norteamericanos, mucho más que una película comercial.

J.R.: Totalmente, eso se debe en gran parte a las improvisaciones, los actores tienen la posibilidad de encontrar la manera en que harían y dirían las cosas. No tienen líneas que memorizar, ni que repetir: los parlamentos nunca se ven bien escritos sobre un papel. Pero cuando hablas de cosas de las que realmente hablarías, viene muy natural. La aproximación de ambas películas busca capturar el lenguaje más que dictarlo. De hecho, conversando con el traductor que puso los subtítulos, dijo que se demoró diez veces más que una película comercial típica. Como el lenguaje no hace sentido en el papel, se hace difícil de traducir.

C.U.: Parece haber una nueva generación de directores norteamericanos cuya “independiencia” o marginalidad es diferente a la de un grupo más antiguo de realizadores, como los Hermanos Cohen, Jim Jarmusch, etc., que sí trabajan con presupuestos importantes o con actores famosos.

J.R.: Si hay una nueva generación en el cine en la que ocurre lo mismo que con la música: hay muchas bandas que se enorgullecen del hecho de ser independientes. Es una actitud. No quieren llenar estadios, pero si quieren hacer tocatas pequeñas en teatros. Creo que hay muchos cineastas que tienen la misma actitud, quieren hacer las cosas a su manera. Sentirse en casa.

C.U.: Tú eres de Texas. Se podrían comparar las cintas de Bujalski con Slacker (Richard Linklater, 1991), con su tono y atmósfera.

J.R.: Esa es una de las películas favoritas de Andrew. De hecho fuimos a Austin, Texas, en parte por esa película. Porque pensamos que teníamos que ir allá, es un mundo diferente. Me encanta Linklater, creo que soy un gran admirador. Él es muy inspirador, Linklater inspira a mucha gente.

C.U.: Bueno, de hecho la manera en que Linklater trabaja para Antes del atardecer (2004) es juntándose a conversar con Delpy y Hawke sobre el guión y la película; una forma similar a como operan ustedes. ¿Qué otras inspiraciones o referentes hay en estas películas?

J.R.: Están las más evidentes, como Cassavetes, Woody Allen. Pero también está el hecho de que ambos, yo y Andrew hemos visto miles de películas. Por años cada uno de nosotros veíamos dos o tres películas al día. Creo que tanto Mutual Appreciation como Funny Ha Ha tienen mucho del cine independiente norteamericano, aunque también hay influencias también vienen del cine clásico de Hollywood. También creo que influye que los dos fuimos a Harvard y el programa allá tiene mucho énfasis en el documental. Y el primer año, se trabaja en documental, y después puedes seguir haciendo lo que quieras, pero mucha gente sigue haciendo documental, crees en eso. Luego de estar trabajando durante un año en un documental (el mío fue sobre taxidermistas), te enamoras de la idea de que puedes sacar la cámara y experienciar el mundo. Y aunque sé que hacemos ficción, esa sensación está presente en nuestras películas. Fuera del encuadre hay tanta acción ocurriendo que no puedes imaginar la cámara tratando de filmar todo, y eso implica este mundo más grande que está lleno de energía.

C.U.: Para terminar, ¿cómo han sido estas películas recibidas en Estados Unidos? ¿Tienen distribución comercial?

J.R.: La primera, Funny Ha Ha, tuvo un pequeño lanzamiento comercial en aproximadamente diez grandes ciudades. Y Mutual Appreciation tendrá su lanzamiento en septiembre. Hasta el momento el recibimiento, por parte de la crítica, ha sido muy bueno, a la prensa le gusta hablar sobre estas películas, les gusta que esté hecha por gente joven, que tiene un punto de vista, y que es diferente de lo que sale afuera de Hollywood. Muchas películas, incluso las independientes, son básicamente películas de Hollywood. Por ejemplo, la gran película independiente del último par de años en los Estados Unidos fue Garden State (Zach Braff, 2004), que es casi como una de estas películas, pero que hace mucho sentido dentro de Hollywood. Tiene actores de Hollywood, su sensibilidad y es fácil de ver.

Lo que la prensa aprecia de películas como Mutual Appreciation es sean difíciles de ver, que se sientan distintas, más rudas y por lo mismo, más cercanas a la realidad.

 

 
Como citar:
Urrutia, C. (2005). La independencia es una actitud, laFuga, 1. [Fecha de consulta: 2024-10-09] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/la-independencia-es-una-actitud/48