Robar a Rodin

Límites dialógicos del arte contemporáneo

Por Laura Lattanzi

Biografía +

Doctora en Filosofía con mención en estética y teoría de las artes, Universidad de Chile; Licenciada en Sociología, Universidad de Buenos Aires. Académica Departamento Teoría de las Artes, Universidad de Chile. Investigadora Posdoctoral en Proyecto ANID PIA-SOC180005 "Tecnologías Políticas de la Memoria"


 
 

Las reflexiones sobre los límites del arte han sido objeto de extensos debates, polémicas, que en algunas ocasiones excedieron la singularidad propia del campo artístico para ingresar en la opinión pública. La casa de vidrio, el Simon Bolívar travestido de Juan Dávila, el robo de una obra de Rodin como acción de arte; son algunos de los casos que han cobrado una cierta notoriedad transitoria en los telediarios nacionales. Estas acciones del campo del arte transgreden la autonomía propia de su campo, y si bien por un lado desatan un conjunto de declaraciones de tinte moral y/o reaccionario de diversos actores de la sociedad civil -que los medios tradicionales se encargan de poner en escena-, también expanden el territorio de lo visible, lo pensable y lo posible de una sociedad.

La posibilidad de dar cuenta desde el campo cinematográfico de estos mismos debates nos permite la incorporación de algunos otros elementos que se contraponen a aquellos discursos más bien televisivos o periodísticos de los hechos que se apuran en ofrecer voces que condenan, que fijan los límites del arte y cierran su círculo. Gracias al dispositivo audiovisual es posible montar una multiplicidad de voces, puntos de vistas que expanden los discursos, y nos permiten reflexionar sobre sus condiciones de posibilidad.

Robir a Rodin es la opera prima de Cristóbal Valenzuela, quien, acompañado de un sobresaliente equipo, nos ofrece un documental reflexivo sobre las transgresiones del arte en la sociedad chilena. La película indaga en el robo de “El torso de Adele” escultura de Auguste Rodin que fue hurtada del Museo Nacional de Bellas Artes en el 2005. Unos días después se descubrirá que el robo fue perpetuado por un joven estudiante de arte de la Universidad Arcis, quien alegará que su delito fue producto de una acción artística.

A partir de este hecho se desatan una serie de dilemas, ¿qué es una obra de arte?, ¿hasta dónde llegan sus límites de transgresión?, ¿cómo se transforma la figura del autor creador? El documental reflexiona sobre la pragmática del arte, abriendo el debate sobre el cómo se debe juzgar las obras, lo que implica siempre considerar la tensión entre el valor por su eficacia social y estética.

El relato de lo sucedido se va montando de una manera dinámica, entretenida, exponiendo las voces de diversos involucrados (guardias de seguridad, autoridades gubernamentales y del museo, fiscales, abogados, curadores, académicos nacionales e internacionales, amigos del joven acusado) conformando un relato que se construye desde diversas perspectivas (emocional, judicial, artística, psicológica, social, estética). Se destaca también el uso de imágenes de archivo de otros filmes y la reconstrucción ficcionada, que ilustran de manera entretenida las versiones sobre el hecho.

El documental utiliza los códigos del género policial y la comedia, lo que, sumado a un montaje ágil e inteligente, nos permite reflexionar sobre los dilemas del arte de manera más bien paródica, lúdica, pero no cínica, a diferencia, por ejemplo, del film The square, contemporáneo en su estreno con Robar a Rodin, quien también reflexiona sobre los límites del campo del arte. De esta forma nos encontramos con una película que nos permite reflexionar sobre los dilemas del arte abriendo el debate, no clausulándolo en declaraciones morales y/o reaccionarias, pero tampoco cayendo en el cinismo reflexivo que pretende desnaturalizar fríamente las pretensiones de los artistas contemporáneos.

El documental nos propone revisar los procedimiento del arte contemporáneo siendo consciente de cómo éste se ha vuelta cada vez más reflexivo en su relación con lo social y las condiciones que lo rodean. Para ello apela a su dimensión dialógica, es decir poniendo en relación discursos y experiencias heterogéneas, que dan cuenta de un modo de existencia del arte en la sociedad chilena, de su circulación, de su funcionamiento.

 

 
Como citar:
Lattanzi, L. (2018). Robar a Rodin, laFuga, 21. [Fecha de consulta: 2024-12-02] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/robar-a-rodin/884