Después de la buena acogida por parte de la crítica de la áspera Hunger (ambientada en prisión) el realizador Steve McQueen se sitúa como una de las grandes voces del cine contemporáneo con Shame, una pequeña obra maestra del cine independiente que mezcla con milimétrica precisión la comedia sexual negra y urbanita con el drama desgarrado sobre la soledad y el sufrimiento . La presencia del sex-symbol Michael Fassbender puede despistar a los que esperen un filme erótico, pues a pesar de sus “acrobacias sexuales” estamos ante la historia -dura y narrada con precisión- de Brandon , un adicto al sexo que logra compaginar su vida laboral con su patológica psicología, y también ante la historia de Sisy (estupenda, también, Carey Mulligan) su insegura, cálida y neurótica hermana que está a punto de robar la película a un espléndido Fassbender mientras canta ante la cámara una versión triste y nostálgica de la canción “New York, New York” de John Kander y Fred Ebb evocando su origen irlandés que conmueve a su donjuanesco hermano. Estupenda, pues, la eclética banda sonora (con Bach y variaciones de Glen Glould como música estrella) y la nítida fotografía en color, así como la forma a la vez desprejuiciada y gélida con la que Steve se aproxima a sus personajes principales, queriéndolos y odiándolos casi a un mismo tiempo.
De nuevo el director no da soluciones sino que se limita a plantear conflictos huyendo de la fácil lectura moralista o del nihilismo absoluto con lo que con logra que los personajes y sus ambientes resulten finalmente reconocibles
En lo formal Shame es una historia urbana hasta la náusea poblada de despachos de empresas , apartamentos de diseño, estaciones de Metro y hoteles de lujo donde el protagonista masculino da rienda suelta a sus inagotables fantasías sexuales sin que parezca obtener una gran satisfacción personal de las mismas, y donde su hermana lo busca desesperadamente con una mezcla de amor e inseguridad en un filme que en algunos ratos parece frio como el hielo y nítido como la belleza nórdica de su protagonista y en otro sentimental, tensa y crispada como esa Irlanda de la que provienen estos dos singulares “perdedores” de una sociedad basada en las apariencias.
Una muestra de cine puro levemente empañada por algunos baches en la construcción del relato.
Nabal, E. (2012). Shame, laFuga, 14. [Fecha de consulta: 2024-12-09] Disponible en: http://2016.lafuga.cl/shame/588